La Flor de la Vida representa el universo, y cada uno de los círculos representa una parte del mundo. Se trata de un círculo, que a su vez contiene varias esferas del mismo tamaño y conectadas por su centro. Cuando miramos esta figura, tenemos la impresión de ver flores, mientras que, en realidad, son círculos. La geometría sagrada expresa, en todas las formas, el desarrollo de la vida, de la semilla a la flor, del fruto a la semilla, manifestando y repitiendo estructuras hasta el infinito, como el ciclo de la vida. En la geometría sagrada, las proporciones, los patrones y la simetría crean composiciones armoniosas que, además de ser agradables, conectan con las energías más considerables del universo. Cada línea está siempre asociada a un aspecto emocional y vivencial.